La mirada que admira y se maravilla con el mundo. Esta es la mirada en la que se sustenta la primera filosofía de la naturaleza. Heráclito miró, se maravilló y se explicó a sí mismo desde el fuego. Anaxímenes miró, se maravilló y se explicó a sí mismo desde el aire. Tales de Mileto miró, se maravilló y se explicó a sí mismo desde el agua. Demócrito miró, se maravillo y se explicó a sí mismo desde el átomo. Ellos me mostraron lo que es “entrar a un mundo nuevo”, “entrar a Chen del Llerel. Ellos también inspiraron en mí la creación de las Monulas. Recuperar la esencia de una mirada primera sobre el mundo, sobre lo que luego Aristóteles llamaría, la bella esencia de las cosas. Las Monulas son la carne viva del mundo, son los elementos ocultos y palpitantes en toda la sacralidad de la existencia esperando a ser mirados. ¿Quieres mirarme? Los Hombres-Totumo reciben esta invitación admirar la vida de la misma manera en que la recibieron los filósofos de la naturaleza: Mirando, vaciándose, maravillándose por el sublime misterio de lo otro, y permitiendo que la belleza de las cosas mismas dialogara con su percepción y sus sentidos.
Aquello con la que nos identificamos, con lo que nos explicamos y lo que nos maravilla, termina siendo la misma cosa, nuestro propio Arjé según el cual significamos las cosas, con el que intencionamos nuestra realidad, y al final ¿Qué somos? sino la forma en la que miramos al mundo.
ResponderEliminarPareciera que la capacidad detenerse a mirar un paisaje o una pintura no tiene un transfondo, que es un hacer por el hacer. Es menester, por tanto, resaltar la importancia del admirar que, a diferencia del solo mirar, permite que algo dentro de nosotros, nuestra esencia, se modifique y se manifieste en una conexión con lo que se presencia. De igual modo, para que uno pueda manifestar su ser-ahí con lo que ve, tiene que despejar su ser de todas las impresiones vacías y carentes de significado, para ue así todo cuanto observa tenga campo en su ser.
ResponderEliminarAl proponer que Occidente ha sido una cultura fundamentalmente visual, este paradigma perceptivo condiciona la mirada tanto del mundo de las cosas, como del mundo de los otros. La diferencia entre el ojo como órgano y la mirada como una visión orientada. Así mismo, profundiza en los elementos constitutivos de la mirada y cómo la actitud u orientación de la misma permite afirmar o negar a los otros. Señalar que la mirada amorosa permite el tránsito de la coexistencia a la intersubjetividad y de la masa a la común-unidad, la mirada fenomenológica y el actuar en habitar es una propuesta clara ante la ética fenomenológica y el mundo, la carne y la admiración del mundo o lo que nos rodea como forma de vida auténtica.
ResponderEliminar¿Cómo hacer que todo lo que nos rodee sea oro en cuanto a sentido? Esto se trata de una valoración del mundo circundante en términos de vida y de estética. En la estética nos damos cuenta de la belleza cósmica de nuestra experiencia, en donde podemos encontrar lo bello en lo que nos rodea, en el mundo cercano a nosotros. Para volver a mirar el mundo y poder darle el valor que merece y ver las cosas bellas que se encuentran ante nuestros ojos, tenemos que entender que la mirada es un diálogo constante entre nosotros y el mundo. En la estética podemos revindicar experiencias místicas con lo particular, pero esto depende de cada uno de nosotros, pues elegimos todos lo días qué mirada darle a la vida.
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