El 17 de julio de 2010 el estudio cinematográfico japonés STUDIO GHIBLI lanzó su película "Arrietty y el mundo de los diminutos". Esta es la bella historia de unos seres diminutos que habitan cómodos y ocultos por todas las esquinas de la casa. Pueden acomodar una bella alcoba en un cajón, en un cesto, en un frasco. Se divierten y juegan en las alacenas, bajo los muebles y en las chapas de las puertas y las ventanas. La escalera y sus pequeños rincones se convierten en todo un universo de protección, calidez y vida familiar.
Arriety, la niña de esta familia diminuta es la protagonista de la historia. Poco a poco se hace amiga de Shawn, el niño humano de 12 años, quien se sorprende y se maravilla al darse cuenta de que en su casa habitan estos seres tan frágiles y especiales, pero a la vez tan valientes y laboriosos.
Comparto hoy con Ustedes esta reflexión en nuestro blog monular porque encuentro en esta historia un diálogo directo con Chen del Llerel y la Tierra de las Monulas. Al igual que los diminutos, las texturas, las Monulas, habitan con nosotros de forma permanente y sutil. No siempre estamos dialogando con las Monulas. Casi siempre están ahí sin hacer ruido y sin que nosotros nos percatemos de su presencia.
Sin embargo, cuando nos acercamos a las Monulas con afecto, respeto y una nueva disposición de la mirada, ellas, al igual que los diminutos, nos vuelven a preguntar: ¿Quieres mirarme? ¿Quieres cuidarme? ¿Quieres reconocerme como parte de de tu vida?
Cuando Shawn reconoce la presencia de Arriety, la mira y la reconoce como parte de su vida sin que sea un impedimento su tamaño diminuto. La vida de Shawn se hace más bella y brillante cuando mira e involucra a los diminutos en su mundo. Arriety y los diminutos llegan a la vida de Shawn para mostrarle nuevas formas de mirar la realidad, de valorar lo diferente y de apreciar la belleza sencilla y cálida de la cercanía.
En efecto, el film nos recuerda que hay aspectos que se escapan a nuestra mirada general. Aún en lo cotidiano, el hombre no se detiene a observar aquello minúsculo que lo rodea. En la película es un hecho físico aquello diminuto, pero en nuestro mundo puede entenderse como aquello que está ahí, sin darnos cuenta, y que no valoramos. Cada monula que ignoramos en nuestra habitación, al redescubrirla, nos hace conscientes de una nueva realidad de posibilidades. Acabo de mirar en mi habitación y, sorpresa, he encontrado una baraja de póker con motivo de las películas de Ghibli. Despierta recuerdos hermosos y me abre la posibilidad de volver a jugar.
ResponderEliminar(Rafael Sánchez)